Corrientes marinas
Todos los años se da una cifra elevada de ahogados en nuestras playas, y sobre todo en la época estival, a pesar de la vigilancia de los servicios de socorrismo, cada vez más profesionales y preparados, tanto en formación como en medios.
El caso que paso a relataros ocurrió en una de nuestras maravillosas playas del norte de la península, calificada de urbana al estar a la espalda de una pequeña ciudad industrial.
Se trata de una playa muy popular, con forma de herradura, de una longitud superior a los 2 km, muy ancha y de arena fina, con un paseo marítimo que le circunda. Muy frecuentada por amantes del surf dadas las corrientes internas que presenta.
En verano, la totalidad de la playa se encuentra vigilada, y varias zonas acotadas al baño. El resto del año no dispone de dicho servicio (acorde con la Ley de Costas).
Uno de esos días del pasado mes de abril, despejado, sin lluvia y con sol brillante. El día promete. Es por eso por lo que un turista de mediana edad decide darse un paseo, inofensivo, por la orilla. Mientras se moja los pies, continúa disfrutando de ese fantástico día que ha amanecido, esto es, la mar tranquila, viento en calma….. Cuando lleva andados unos cientos de metros, de forma totalmente inesperada se hunde en la arena, introduciéndose en un hoyo (olla) de su altura, momento en que la marea lo arrastra con fuerza hacia el interior del mar. Lo devuelve ahogado a la orilla pasados unos minutos.
Creo muy importante que todos conozcamos el riesgo de las playas con corrientes, en las que seguro que alguna vez nos hemos bañado. Una de las características de dichas corrientes es que horadan, bajo tierra, cavidades subterráneas que a veces coinciden con la orilla de la playa, imposibles de percibir por el ojo humano. Por lo que vas andando por la orilla y puedes caer en una “olla”, y si encima coincide con una fuerte corriente en ese momento, pues te puede ocurrir lo mismo.
Durante mi investigación tuve la oportunidad de hablar con dos testigos. Uno de ellos un avezado surfero, quien nos informa que son conocidas las fuertes corrientes de esta playa, pero que a pesar de ello no se encuentra señalizada dicha circunstancia. Nos comenta que en Portugal tienen por costumbre instalar en la propia arena de las playas carteles anunciando el riesgo de corrientes. Yo todavía aquí no he visto ninguna playa así, no sé vosotros.
Conclusión.– En playa desconocida siempre informaros de sus características, dado que como habéis visto algo tan inofensivo y placentero como un paseo por la orilla puede acabar muy mal.
Alberto Garom